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Ayudar a terminar la escuela contra viento y marea

Publicado Saturday 22 de April de 2017

Ayudar a terminar la escuela contra viento y marea

La fundación Dale tu Mano, presidida por Gerardo Angarami, promueve la formación académica de chicos de escasos recursos del noroeste del país a través de un sistema de becas para finalizar la secundaria.
Aún le faltaban tres años para terminar la escuela cuando la muerte de su padre la convenció de que abandonar el secundario era la mejor opción. En eso estaba Beatriz, hoy de 17 años, cuando una tarde un voluntario de la asociación civil Dale tu Mano se acercó a ella a la salida de la escuela y le aconsejó que no dejara de estudiar bajo ningún concepto. “Terminar el colegio te va a abrir puertas a nuevas oportunidades y horizontes”, le dijo. Crecer en Santa Victoria Este, un pueblo de calles de tierra ubicado campo adentro a 500 kilómetros de Salta Capital, no fue fácil para ella. Pero gracias al incentivo de los maestros y tutores de la fundación, no sólo logró terminar la escuela como abanderada sino también buscar ahora recibirse de maestra en Salta capital. La historia de la futura maestra, que se recibió con promedio 8 del secundario y aspiraba a un futuro prometedor, es el ejemplo que la fundación busca replicar en los otros 230 jóvenes que, acompañados por Dale tu Mano, cursan el secundario en localidades de Salta y Tucumán y bregan a diario por no perder la escolaridad. En Dale tu Mano, terminar la escuela es el objetivo principal. Mediante un programa de becas, ya lograron hacerlo 15 chicos. “Beatriz es nuestra primer becaria universitaria”, cuenta el presidente de la fundación y Alumni Gerardo Angarami, de 30 años, que dice venir trabajando en este proyecto educativo en el norte del país desde 2007. “Nació en un viaje junto a un grupo de voluntarios a Santa Victoria Este para ayudar a un grupo de médicos que trabaja ahí. En ese momento nos encontramos con que muchos de los habitantes de esa zona -donde viven pueblos originarios- estaban familiarizados con una cultura que involucra un proyecto educativo hasta la primaria. Nada más que eso”, explica Angarami. Fue Jorge Jaunarena, urólogo recibido en la Universidad Austral y hoy médico del Hospital Italiano, el que decidió fundar la asociación, recién consolidada en 2010. Los primeros en sumarse fueron integrantes de pueblos Wichi y Chorote. Desde entonces, tanto Angarami, licenciado en administración de empresas y director de Cirugía Alemana, como Jaunarena ocupan cada espacio libre que les dejan sus respectivas profesiones en lograr que las donaciones a los chicos lleguen a tiempo y en que ninguno de quienes integran el programa deje la escuela. Al principio, incentivar a las familias y a los alumnos no fue fácil. “El quiebre cultural era un trabajo que requería sacrificio y constancia. Algunos padres no querían que sus hijos estudien. Hasta algunos eran un poco agresivos. Además, los Planes Trabajar eran una gran contra. Ellos preguntaban qué les íbamos a dar a cambio de que sus hijos estudien. Entonces les explicábamos que queríamos hacer algo mucho más grande que el Plan Trabajar, que queríamos construir el futuro de estas comunidades”, explica Angarami. Hoy, muchas familias se muestran agradecidas por la gran ayuda de la fundación. Con donaciones y aportes de particulares, Dale tu Mano ya logró abrir camino en el norte. “Esto arrancó en el cerro salteño y hoy ya estamos en Santa María, Pozo del Tigre, La Merced y Salta capital y también en San Miguel de Tucumán. Fuimos encontrando necesidades en otros lugares y gente que se quería sumar”, añade el presidente de la asociación. El acompañamiento a los chicos está compuesto por cuatro ejes que incluyen una caja de útiles, vestimenta, un programa de clases de apoyo, tutoría individual y, para este año, talleres. Naturalmente, los maestros y tutores de los becados residen en la misma zona que ellos. “El tema de la tutoría es uno de los ejes fundamentales. Lo principal para nosotros es crear vínculos. Si no hacemos eso, fallamos. Cada uno de los chicos tiene que sentirse reconocido y acompañado. Cada tutor sabe cual es la situación académica y personal de cada uno, cómo está su familia, su situación económica, las dificultades con sus amigos. Al tutor lo ven una vez cada 15 días. Además, las clases de apoyo son de lunes a viernes y en algunos lugares los sábados”. Ahora, cuando los chicos llegan a quinto año, toman un test vocacional para impulsar el estudio terciario o universitario o, en su defecto, la profesionalización de un oficio. “Beatriz va a estudiar en Salta ayudada por colaboraciones y acompañada por tutores para que se sienta contenida, porque viene de un lugar inhóspito. Ella es la novedad de este año”, apunta Angarami, esperanzado de que en un futuro, los casos como el de Beatriz ya no sean una novedad. “Allá están acostumbrados a la gente que viene en grupo a hacer un viaje solidario, a la gente que se saca fotos y nunca más vuelve. Ellos necesitan la cercanía, la presencia, la constancia. Yo espero ver resultados a largo plazo. Mi objetivo cumplido va a ser cuando estos chicos sean padres de familia y fomenten a sus hijos lo que inculca Dale tu Mano”.
¿Cómo ayudar?
Con donaciones, siendo voluntario, o apadrinando a un chico con un aporte mensual de $750. “El padrino, si así lo desea, puede tener un vínculo que consiste en ir a visitarlo, escribirle una carta, saber cómo le va en las materias¨, explica Angarami.