El futuro del compliance
¿Es la integridad el nuevo compliance? especialistas en el área intentaron responder a este interrogante en el ciclo organizado por el Centro de Gobernabilidad y Transparencia y el Centro de Riesgo e Incertidumbre
En el ciclo de octubre el eje principal fue “El futuro del Risk & Compliance”, donde especialistas y referentes en el área disertaron sobre ese tópico desde diversos puntos de vista. Los profesores del IAE Business School Lorenzo Preve y Matthias Kleinhempel dieron la bienvenida a los alumni pasadas las 9.30. El compliance, o cumplimiento, según su traducción al castellano, brega por que las empresas cumplan con las leyes y sean transparentes para alejarlas de manejos corruptos. Muchas empresas cuentan con oficinas de Compliance que buscan cumplir con este objetivo.
El primer panel, titulado “¿Es Integridad el nuevo Compliance? Concepciones equivocadas y Contradicciones de un concepto de Management”, fue encabezado por el profesor y titular del departamento de Sociología de la Universidad de Heidelberg (Alemania) Markus Pohlmann.
Markus Pohlmannl, profesor y titular del departamento de Sociología de la Universidad de Heidelberg (Alemania)
En su primer viaje a la Argentina, Pohlman contó que el compliance es un tópico que también está muy presente en Alemania.
"Las desviaciones de las reglas son funcionales. Siempre se rompen reglas”, advirtió el profesor, y explicó que existen dos mentalidades de “desviación organizativa”: una es la del delincuente individual, que delinque para su propio bien, y otra la delincuencia organizada, que juega en pos de beneficios organizacionales. Así apuntó a que el desafío del compliance es encontrar maneras diferentes de reaccionar a ese tipo de mentalidades.
No obstante, explicó que "cuanto más reglas formales instalemos, más desviaciones de reglas encontraremos”. En consecuencia, si hay demasiada regulación o sobre-educación eso lleva a que las compañías vayan por un camino no deseado. Siguiendo esa línea, el eje de su mensaje fue que la prevención debe ser un método estructural.
Más tarde, Pohlmann integró un panel junto a otros especialistas para debatir la integridad del nuevo compliance. Este fue liderado por el profesor del IAE Carmelo Paviera e intercambiaron sus puntos de vista el Compliance & Legal Head de 3M Argentina, Tomás Thibaud, la titular del departamento de Health Care Compliance & Privacy de Johnson & Johnson Southern Cone, Claudia Maskin, la directora de Compliance de Argentina, Uruguay, Paraguay, de la empresa Siemens, Dalma Parisi y el Legal & Compliance Head GE de Baker Hughes, Ramiro Cabrero.
Una de las preguntas que respondieron los especialistas fue si habría que renunciar a cultivar valores y comportamientos morales en las empresas. “Soy pragmática y no me importa mucho si las personas van a tomar la decisión correcta por razones de integridad o por otra razón”, dijo en un principio Maskin. Luego, agregó: “Y entiendo que se puede hacer un poco de las dos cosas, para ser un poco polémica. Pero no hay que dejar de lado el tema de la integridad porque siempre va a haber que estar muy atento al cumplimiento de las reglas y si uno quiere independizarse del overruling debería reforzar que estas cuestiones queden en la matriz decisional y en el día a día del negocio. Para eso es necesaria la integridad”. Thibaud, la secundó: “Hay que hablar de educación (...) se me ocurren un montón de ejemplos de empleados que trabajan en las empresas con ese pensamiento porque la misma empresa le transmitió que así debían hacerse los negocios en esa empresa y ellos son leales con el empleador. Tenemos la oportunidad como empresas de trabajar en la educación de cómo hacer los negocios”, dijo.
Dalma Parisi, directora de Compliance de Argentina, Uruguay y Paraguay de Siemens
Parisi, señaló que la educación sobre los empleados es clave pero que también hay que observar el contexto: “El compliance no es una moda, aunque este año hubo ciertos disparadores que hicieron que haya mucho más interés en el tema y lo celebro. Disiento un poco con el tema de lo moral en lugar de apuntar al compliance como la forma de actuar que debe tenerse dentro de una compañía: la educación dentro de una organización es clave, el empleado necesita saber cuáles son los límites. Actualmente hay un contexto favorable para hablar del tema y que no parezca algo idílico”.
Cabrero, dijo que hay que reforzar procedimientos y expectativas que cada compañía se ha establecido sobre la manera de cómo hacer las cosas, pero apuntó: “No creo que tenga que ver con los valores en sí. En varios entrenamientos algunos empleados me han dicho que no pretendían que la empresa les hable de valores, que para eso tenían a su familia y amigos, y creo que eso tiene mucho de verdad”.
En el tercer panel, dos referentes presentaron el título “Tratado de Compliance”, cuyos autores son el socio de Deloitte y presidente de la Comisión Anticorrupción del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de CABA, Raúl Saccani, y el socio del estudio jurídico Marval, O'Farrell & Mairal Gustavo Morales. Ambos comenzaron a trabajar en el Tratado en 2015. Para ese entonces no existía aún la ley de responsabilidad penal empresaria, que fue promulgada a fines de 2017.