“El secreto de las empresas familiares es trabajar en conjunto”
Juguetes Dimare, la empresa que produce Rasti, ganó en junio el premio Clarín Pyme; Fabián Dimare, su director financiero, cuenta cómo es es trabajar con su padre y sus cuatro hermanos en una compañía en constante evolución
Los hermanos Dimare tienen un pacto desde hace años: en las reuniones familiares no se habla de los conflictos del trabajo. El consejo se los dio su padre, Antonio, que fundó la pyme familiar Juguetes Dimare en 1965 y aún trabaja en la empresa junto con sus cinco hijos. Fabián Dimare, director financiero y segundo hijo de Antonio, cuenta que aunque la relación entre los hermanos es muy buena, es todo un desafío dirigir la empresa de una forma armónica. Por eso lo llena de orgullo que la compañía haya ganado el premio Clarín Pyme en la categoría pyme familiar, en junio pasado. Según el alumni de 42 años, el mérito es de sus padres que siempre les enseñaron que lo primero es el respeto. Hoy Juguetes Dimare, que comercializa y produce Rasti desde 2007, tiene 85 empleados directos y la facturación estimada para 2017 es de 95 millones de pesos. La empresa logró atravesar la marea de la economía local adaptándose continuamente a los nuevos escenarios. Los primeros años fueron de mucho sacrificio. La historia comenzó a mediados de los 60 con Antonio y sus hermanos, José y Alfredo. Estos inmigrantes italianos eran dueños de una fiambrería, pero querían invertir lo poco que tenían para comprar una fábrica de pastas.
“Los distintos cambios en los ciclos económicos del país nos generaron esa gimnasia de pensar en el corto plazo porque no se sabe qué va a pasar en el futuro, pero es un error porque hay que pensar estratégicamente”
Operación Rescate
La crisis de 2001 fue el otro gran desafío para Juguetes Dimare. Los depósitos de la empresa se llenaron de mercadería importada que los clientes ya no querían y la compañía tuvo que cambiar de rumbo nuevamente. Era hora de volver a fabricar juguetes. “El problema es que mis tíos ya no estaban en la empresa y eran ellos los que habían manejado la parte productiva. De todos modos, la experiencia adquirida en el comercio internacional y el espíritu emprendedor nos permitió adaptarnos siempre al nuevo mercado. Además, tratamos de incorporar todo lo que habíamos aprendido en la universidad, principalmente el área marketing”, cuenta el alumni. Así, en 2002, la empresa lanzó nuevas marcas propias de juguetes: Bimbi (una línea para bebés) y Armatron (una línea didáctica de armado). Dado el éxito de los productos, un año después la compañía lanzó Blocky, una línea de ladrillos de encastre que se hizo muy popular. “Cuando Blocky salió al mercado tuvimos una charla con mi padre. Él quería volver a lanzar Plastiblock, pero nosotros queríamos una marca más simple y fácil de pronunciar. Así nació Blocky”, recuerda Fabián. Pero además de Blocky, Antonio tenía otra idea en mente: recuperar las matrices y la marca Rasti que no había podido adquirir cuando estuvieron a la venta. Así nació la Operación Rescate, que consistió en casi cuatro años de búsqueda de las matrices desde la Argentina hasta Brasil para volver a fabricar el producto en la planta de Buenos Aires. La incorporación de Rasti a la empresa marcó un antes y un después. Luego de obtener las matrices y la marca se presentó otro gran desafío: cómo hacer para mantener en el portfolio Blocky y Rasti, dos marcas en la misma categoría. “Por eso hicimos un estudio de mercado y decidimos esperar un año para lanzar Rasti y pensar el proyecto más estratégicamente. Desde ese momento tenemos un consultor en marketing que nos ayuda con la marca”, cuenta Fabián. Rasti se lanzó en 2007 con una fuerte campaña en comunicación y fue muy bien recibido en el mercado. “Con la investigación de mercado conocimos mucho más al consumidor: nos dimos cuenta de que los que eran padres en 2007 eran los que habían jugado de chicos con la marca. Así Rasti cumplió con los objetivos fijados y con las expectativas de los padres e hijos que volvieron a jugar juntos”, acota Fabián. Para el futuro, la empresa tiene planificados lanzamientos hasta el 2020. Hace poco lanzó una línea nueva, Floki, que son muñecos articulados tipo Playmobil.Pyme familiar
Con la incorporación de Rasti la empresa pegó un salto y los hermanos Dimare apostaron por la profesionalización. Por eso en 2011 firmaron un Protocolo Familiar para evitar problemas en el futuro y tener normas estipuladas antes posibles situaciones de crisis. Además del Protocolo, otra de las claves para mantener una buena relación, de acuerdo con Dimare, fue siempre diferenciar tareas. Cada hermano dirige una de las áreas de la empresa. Daniel, el mayor, está cargo de comunicación y marketing; Sergio dirige el área productiva y RRHH; Gabriel está a cargo del área comercial y Sabrina, la menor, se ocupa de la tesorería. Antonio, de 74 años, no tiene a cargo ninguna área operativa, pero sigue yendo todos los días a la empresa. Aunque cada hermano dirige un área, el alumni explica que se consultan entre ellos y se apoyan continuamente. “Es que el secreto de las empresas familiares es trabajar en conjunto”, acota.
Los seis Dimare