Luis Palmier, co-creador de Sophia Intelligence, un sistema que utiliza Inteligencia Artificial para automatizar y controlar el hogar, cuenta los desafíos de renunciar a la vida corporativa para animarse a emprender.
Al imaginar a un emprendedor es probable que se venga a la mente la imagen de un millennial que, tras algunos años de experiencia corporativa invirtió sus ahorros (o hizo un crowfunding entre familiares y amigos) para crear su propio negocio.
Sin embargo, la historia de Luis Palmier, EMBA 2008-2009, es la excepción a la regla. A sus cuarentaitantos, se animó a dejar las comodidades y beneficios del mundo corporativo para empezar, junto con otros tres socios, su propio proyecto: Sophia Intelligence.
Fundada hace cuatro años, consiste en un sistema que utiliza Inteligencia Artificial para automatizar y controlar el hogar, administrando de manera eficiente la energía. Es decir, permite hacer realidad el sueño de vivir en una casa inteligente.
OUT OF OFFICE… para siempre
Tras haber ocupado altos cargos en empresas multinacionales como Apple y Samsung, este ingeniero electromecánico de 48 años, colgó el traje y decidió invertir todo su tiempo y energía en Sophia Intelligence.
“Lo que más me motivó a tomar la decisión de dejar el mundo de las grandes corporaciones para emprender, fue mi edad y las ganas de hacer algo nuevo y distinto. Sentí que era el momento correcto, ya que tenía la experiencia necesaria con la edad justa”, nos cuenta Palmier y recalca que hoy se siente “con la energía de cuando tenía algo más de dos décadas”.
Si bien al principio sintió temor de dejar atrás la vida corporativa, con la seguridad y estabilidad económica que le proporcionaba, Luis admite que su presente como emprendedor le brinda muchas más satisfacciones.
“Creo que no hay una edad definida para emprender. Siempre tuve el convencimiento que gran parte del éxito de un proyecto está directamente relacionado con la actitud y energía que uno le dedique. Los conocimientos y la experiencia son muy importantes, pero lo anterior, lo es aún más. Sophia es el claro ejemplo, ya que el promedio de edad de nosotros cuatro es de 47 años”, sostiene.
Un Silicon Valley a más de 200 km. de Capital
La historia de Luis Palmier está llena de excepciones a la regla y otra de ellas es la ubicación de Sophia Intelligence.
Si bien se suele pensar que “Dios está en todos lados, pero atiende en Capital”, Luis y sus socios se propusieron romper prejuicios y establecer su empresa de tecnología en 9 de Julio.
Palmier cuenta que todas las tareas de investigación, desarrollo, programación y producción se realizan enteramente en esa ciudad de alrededor de 50.000 habitantes cuyas principales actividades son la agropecuaria y ganadera.
“La experiencia internacional de cada uno de nosotros nos permitió crear y trabajar sobre Sophia en esa ciudad, sin depender del acceso a varios insumos y servicios que cualquiera podría imaginar, solo se consiguen en CABA y el AMBA”, destaca.
Otra particularidad de esta empresa de alta tecnología es que el 100% de la solución se produce localmente, aunque admite que tienen planes de expandirse y empezar a producir en el exterior y en alguna otra plaza en el país.
“Producir en 9 de Julio no nos ha traído complicaciones. Sin embargo, la escala de la empresa en el corto plazo y las exportaciones que ya estamos comenzando a realizar, nos obligará a llevar parte de la producción a otra escala y parte al exterior”, explica.
Para Luis, uno de los mayores desafíos que se les presenta con Sophia Intelligence es mantenerse a la vanguardia del desarrollo en software y en hardware. “Al menos una vez al mes, nuestra solución agrega nuevas funcionalidades y experiencias, por lo que no podemos detenernos nunca”, asevera.
Si bien hace más de una década que Luis Palmier pasó por el IAE, los conocimientos que adquirió lo acompañan al día de hoy: “El EMBA me ha dado muchísimas herramientas para afrontar desafíos profesionales, tanto en las empresas multinacionales donde trabajé, como en mi actual emprendimiento. Gran parte de las decisiones que tomo junto a mis socios día a día, las baso en muchos de los conceptos y conocimientos que adquirí en el IAE”, cuenta el alumni que, lejos de vivir en un departamento techie en el centro de la ciudad, eligió pasar sus días en una chacra en el medio del campo. Sí, otra de las particularidades de este emprendedor que rompe todas las reglas.