El Alumni Víctor Lidejover realizó un taller virtual en el que detalló una serie de ideas para desarrollar una escucha efectiva y profunda a la hora de mantener una conversación.
“¿Cómo hacernos escuchar?”, es la pregunta que funcionó como disparador para dar inicio al taller que dictó el Alumni Víctor Lidejover. En el encuentro, el especialista una serie de ideas y pautas para mejorar la escucha y así desarrollar conversaciones más efectivas.
En primer lugar, Lidejover distinguió entre dos conceptos que, a primera vista, parecen similares, pero mantienen diferencias sustanciales: oír y escuchar. “Oír es una capacidad sensorial. Oímos siempre en la medida que funciona el aparato auditivo. Ocurre sin ninguna clase de concentración. Es una función biológica que se genera a partir del pabellón de la oreja en adelante”, indicó.
Luego, explicó que la escucha implica mayor consciencia. “Escuchar tiene la intención de apropiarse de lo que otro está diciendo. Es bien diferente. Escuchar tiene una intencionalidad y tiene que ver con prestar atención”, detalló.
Percibir e interpretar
En este sentido, Lidejover sostuvo que existe una suerte de ecuación que sirve para resumir el proceso de escucha. Según sus palabras, escuchar equivale a percibir e interpretar.
“En el percibir está el oír, pero también está la corporalidad y emocionalidad del que habla y el que escucha”, señaló el especialista. Y puntualizó: “La corporalidad es el modo en que porto mi cuerpo en el mundo. Todo configura la corporalidad. Y hay otro que está intentando registrarla. No es lo mismo escuchar a alguien nervioso, con miedo, con angustia, con ansiedad, todo eso e está incluido en la percepción”.
En tanto, sobre la interpretación, Lidejover describió que, ante la percepción, que tiene que ver con oír, se registra la corporalidad del otro y la emocionalidad. Todo eso genera una interpretación.
Emisores y receptores
Por otra parte, el experto habló del modelo comunicacional que establece la existencia de un emisor, un receptor y un mensaje para comprender la dinámica de las conversaciones. “Todo diálogo, toda relación comienza con la escucha. Todos hemos pasado por el concepto de modelo radiofónico, que se basa en un emisor, receptor y mensaje, y algunos hablan de un ruido que complica la comunicación”, explicó.
Sin embargo, reconoció que anteriormente se reconocía al receptor como un sujeto pasivo en esta relación y actualmente ese rol se transformó.
“Entre el mensaje del emisor y lo que interpreta el que está escuchando hay una brecha. ¿Desde dónde escucha el que escucha? Desde sus valores, sus creencias y experiencias”, reflexionó Lidejover. E insistió: “El receptor no es un escuchador neutro. Todo lo va procesando. Si no tenemos esto en cuenta vamos a creer que todo lo que decimos va a ser igualmente escuchando por el otro y no es así”.
“El que habla no garantiza el escuchar. Uno dice lo que dice y el otro escucha lo que escucha. Eso da lugar a malos entendidos, supuestos, interpretaciones”, puntualizó el especialista. Y definió: “El lenguaje humano es relacional”.
Achicar la brecha
Por otro lado, Lidejover habló de las claves de la escucha y resaltó su importancia en la calidad de una relación, para el proceso de aprendizaje, en el desempeño de equipos, en toda negociación, en la relación con hijos, padres, amigos, vecinos, entre otras cosas.
Igualmente, advirtió que existe una brecha entre hablar y escuchar. “La brecha no tiene una medida, es conceptual. Tiene que ver con el filtro personal que uno le pone. ¿Qué alimenta la brecha? Un sonido extraño que perturbe, las conversaciones en el mundo interno, las posiciones tomadas, la multitarea. Si hacemos varias cosas a la vez, el multitasking, no se favorece a la escucha. Algo se va a perder, pero no sabemos si es trascendente. Aunque ajustemos todo esto, siempre va a haber una brecha. Entonces tenemos que tener registro de esto. Tenemos que intervenir sobre la brecha”.
Ante esto, el especialista recomendó tres acciones para aprender a tener una escucha efectiva: verificar escuchas, compartir inquietudes e indagar.
“La verificación de la escucha son maneras de evitar mermas, desvíos o errores. La idea de explorar las inquietudes del otro y el tercer paso es indagar, que da más profundidad y apertura”, precisó.
“Es importante hacerse escuchar y ver cómo me escucho a mí mismo. Cuando nos dejamos de escuchar nos pasan cosas. Y el cuerpo habla y cuando es así, escuchémoslo para evitar que grite porque ahí ya es tarde. Hay que empezar por escucharse a sí mismo. Preguntarse qué se puede hacer para mejorar”, cerró Víctor Lidejover.