A los 19 años, Agustina De Giovanni (EMBA 2016) se consagró como medalla dorada en pecho en la Copa del Mundo de natación. Fue la representante Olímpica más joven de nuestro país en Atenas 2004 y batió otro récord argentino en Beijing 2008. Ella es imparable, dentro y fuera del agua.
A lo largo de 34 años, Agustina De Giovanni parece haber concentrado muchas vidas. Durante alrededor de 16 años, fue prácticamente un anfibio: se pasaba 8 horas diarias en el agua, entrenándose para competir.
Fue 70 veces campeona argentina y mantuvo un récord sudamericano en los 200 metros pecho por 13 años consecutivos. Fue representante de una de las mejores universidades de EE.UU. en natación (la Universidad de Alabama), Récord de Universidades y Capitana de la Selección Argentina.
Los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y Beijing 2008 fueron otros hitos en su vida. “El sello que te dejan es difícil de reproducir. Yo no soy mamá todavía, pero las madres del equipo decían que se asimila a la experiencia de los nervios y la alegría de tener un hijo”, comparó.
Hoy es directora regional de la empresa líder mundial en antidoping, hace coaching deportivo y es comentarista de televisión y radio. Se retiró de las competencias, pero no de la natación: “Traté de apartarme, pero fue imposible. Los nadadores somos medio pececitos”.
“La natación es casi todo para mí”
Santafesina de nacimiento, Agustina empezó a nadar a los 9 años. Durante la secundaria, viajaba para competencias y entrenamientos, hasta que a los 18 años obtuvo una beca para estudiar en Alabama, Estados Unidos, y perfeccionarse en el deporte.
Se recibió como Licenciada en Relaciones Internacionales en la Universidad de Alabama y durante un tiempo se dedicó fulltime a la natación.
“La natación es casi todo para mí. Lo bueno que tengo, entre comillas, es por mi familia y por este deporte. Al tener que viajar tanto de chico, forjás tu personalidad. Aprendés a desarrollar cualidades de la personalidad que necesitás para la supervivencia. Te enseña a adaptarte donde sea que estés y te da muchos valores”, afirmó.
Resaltó especialmente la resiliencia: “Sabés que mientras más rápido te equivoques, mejor vas a aprender. En EE.UU., teníamos competencias todos los fines de semana. La idea era equivocarnos, ganar experiencia, poder probar estrategias y técnicas en la pileta, arriesgarnos. La parte mental se va fortaleciendo. La natación te enseña que con trabajo duro, planificación de objetivos y apoyándote en algo o en alguien, podés lograr las metas. La constancia es mental”.
“Dejar de competir fue como atravesar un divorcio”
Tras haberse dedicado tan intensamente al deporte competitivo, en 2013, cuestiones familiares y la idea de retirarse impulsaron a Agustina a volverse a su país natal. “Dejar eso que tanto te identificó es como un divorcio”, confesó. Para rellenar el hueco que dejaban tantas horas en el agua, la Alumni buscó durante dos años programas para estudiar y seguir creciendo profesionalmente, sin éxito.
“Le quería dar un giro a la carrera que había hecho en EE.UU., con otra perspectiva de futuro, para quedarme en Argentina. Pero no encontraba nada que tuviera el nivel de EE.UU., hasta que alguien me habló del EMBA y del IAE”, contó.
Cursarlo fue un gran desafío para la nadadora, que no venía de una carrera “de números”: “Me costó al principio entender el mindset. Aparte, me tocó una clase en la cual éramos pocos los que veníamos de los ‘no números’. Pero la mayoría de mis compañeros fueron solidarios y me ayudaron a soltarme”.
Afirmó que el programa le dio herramientas personales y técnicas para encarar el futuro. “Lo fundamental del IAE es que después de terminar sabemos que es como una casa donde podemos volver, un espacio para crear, trabajar y traer propuestas. Guardo el mejor recuerdo de la experiencia”, sintetizó.
Volver al deporte, para servir a otros
Hace alrededor de 5 años, paralelamente a su paso por el IAE, Agustina comenzó a trabajar en un programa de antidoping para el Gobierno de la Nación.
En 2017, ingresó en la empresa más grande del mundo en antidoping, PWC GmbH, donde es Directora de Latinoamérica. “Parte de mi trabajo consiste en ofrecer capacitaciones y charlas a clubes, federaciones y gobiernos sobre antidoping. El 95% de los atletas de la región tienen resultados positivos por desconocimiento”, enfatizó.
“Lo que más disfruto es seguir en contacto con el deporte y ayudar a los deportistas a entender de qué se trata el antidoping y cómo cuidarse, para que realmente sea un juego limpio y con las mismas reglas para todos”, aseguró.
Además, colabora en casos de adicciones y empezó a hacer coaching deportivo para apoyar a otros colegas desde sus conocimientos y experiencias. “Disfruto de ser una herramienta al servicio de otros deportistas”, resumió.
Como buena nadadora competitiva, Agustina no para. Entre sus múltiples tareas suma la de comentarista deportiva de radio y televisión, y nos adelantó que está en un proyecto para conducir uno de los programas de la Copa Libertadores por ESPN.
A futuro, quiere seguir por el camino del servicio. “Hubo momentos en los que sentí que necesitaba mucha ayuda y no la tuve. Por eso, me gustaría profundizar las tareas que hago actualmente y convertirme en una herramienta útil para directivos, deportistas y organizaciones. Siempre se puede ser un poco mejor”, concluyó.