Sebastián Bragagnolo, intendente de Luján de Cuyo, en Mendoza, cuenta cómo fue su ascenso en la política y dice que hace falta que mucha más gente que está en el sector privado se anime a participar en el público
Sebastián Bragagnolo, EMBA 2018, critica cuando dicen que la actividad pública es mala palabra. “La única forma de cambiar la realidad es desde adentro, con mucho profesionalismo”, señala el actual intendente de Luján de Cuyo, uno de los departamentos más importantes en Mendoza.
Terminó el secundario recibido en técnico eléctrico y estudió abogacía en la Universidad Champagnat. Su especialización es el derecho laboral, donde tiene un posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo. En 2010, fue becado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel junto a otros 20 latinoamericanos, para asistir al Programa Enfoques Preventivos del Delito Juvenil dictado en ese país.
Su pasión por la carrera pública comenzó de muy joven. “Cuando tenía 17 años, entré en un grupo de juventud, llamado Planeta Joven. Cada tanto tengo ganas de volver al sector privado, pero la vida siempre me pone algo en el camino que termina decidiéndome por esta actividad”.
Cursó el EMBA en el IAE mientras se desempeñaba como diputado nacional por Mendoza. “Tener este título no era un condicionante, fue más una convicción personal de entender que los que tenemos que desempeñar cargos públicos tenemos la obligación de estar preparados para administrar un estado con las complejidades que tiene”, dice. “Haber pasado por esos dos años del EMBA me dio una base para poder encarar muchos de los desafíos que tengo”, agrega.
Su ascenso político fue muy rápido. A los 27 años, asumió como concejal de Luján de Cuyo. Después fue secretario de Gobierno y elegido diputado nacional a los 36 años. A los 38, asumió la intendencia. “Mi principal desafío hoy es que después de 4 años de gobierno pueda caminar por la plaza principal del departamento sabiendo que administré con transparencia y que le aporté calidad de vida a los vecinos. Luján de Cuyo tiene 150.000 habitantes y una extensión de 4800 km2”, comenta.
Entre las diferencias que encuentra entre el sector privado y el público, Sebastián dice que son dos mundos totalmente diferentes. “Los dos tienen sus complejidades. El sector privado, con la inestabilidad y la falta de seguridad jurídica que tiene nuestro país, tiene que reinventarse permanentemente. El sector público viene con una concepción de años con mucha mediocridad en el planteo de las cosas, en el cual el estado benefactor tiene que resolver los problemas sin importar de dónde vienen los fondos. Los municipios y las provincias están fundidas, tienen déficits como la Nación. En la actividad pública no se puede aplicar todas las reglas que se ven en la maestría. Es difícil plantear cuestiones a la largo plazo porque cada dos años hay cambio de autoridades”, explica.
La gestión
Sobre Luján de Cuyo, el intendente dice que hace 4 años estaba prácticamente fundido. La gestión anterior reordenó al municipio, pero sigue conviviendo en la inestabilidad de la argentina. Tenemos un presupuesto más ajustado y los salarios, como están atados a la cláusula gatillo, se dispararon. La recaudación viene bajando, porque ofrecemos servicios que no se le pueden cortar al vecino. La situación económica afectó gravemente al municipio”, describe.
Su objetivo es hacer que el municipio sea el más eficiente de Mendoza con foco en el vecino. “Estamos trabajando en lograr que el mayor porcentaje de lo que aporta el vecino sea devuelto en un servicio o en una obra. Que cada vez sea menos lo que se pierde en la burocracia estatal. Tenemos un desafío importante y lo estamos trabajando con la Secretaría de Modernización, que tiene como objetivo cambiar los procesos internos”, comentó.
De su experiencia como diputado nacional, el funcionario que pertenece al espacio de Cambiemos indicó que fueron dos años duros. “Tuvimos debates complicados, como el del aborto, las tarifas y la fórmula previsional. En los debates partidarios noto mucha hipocresía, mucho populismo, como cuando se disfrazan proyectos bajo nombres de solidaridad. El debate parlamentario vino decayendo en los últimos años, no es el Congreso que tenía la Argentina hace 20 años. Hay que mejorar para afrontar debates con seriedad, sin populismo y poniendo los problemas sobre la mesa”, reflexiona.
Sobre su paso por el IAE indica que el programa lo transformó y fue altamente productivo. “Fue totalmente satisfactorio, me agarró en un momento de mi vida con muchas obligaciones. En el medio del cursado fui padre por primera vez, estaba como diputado nacional y, a su vez, estaba con la campaña de la candidatura a intendente de Luján. Pero hoy me llena de orgullo y no me arrepiento para nada haberlo hecho. Tuve el gran apoyo de mi mujer, Victoria, y de todos mis compañeros”, indica.
“Hace falta que mucha gente que está en el sector privado se anime a participar en el público. La única manera de cambiar la realidad es comprometiéndose, ya sea con el club de barrio o en las mismas organizaciones empresarias. Hace falta en el sector público que se sume más gente interesante con muchas capacidades”, concluyó.