Revista Alumni

Manejar las finanzas de un gigante: una larga carrera en la industria automotriz

Publicado Wednesday 23 de March de 2022

Gabriela Rovere, EMBA 2006, es Chief Financial Officer (CFO) de Nissan Argentina

Gabriela Rovere, EMBA 2006, hizo sus primeros pasos de la carrera profesional en la petrolera ExxonMobil, pero al poco tiempo ingresó en una empresa automotriz y ya nunca dejó el sector (a excepción por un pequeño lapso, donde estuvo en el sector público). Actualmente, es la Chief Financial Officer (CFO) de Nissan Argentina.

Estudió contadora en la Universidad de Buenos Aires (recibida con diploma de honor) y su primer empleo fue como analista de Tesorería en Exxon, donde destaca los excelentes estándares de trabajo que había en esa compañía. Estuvo allí cinco años, hasta que ingresó en la automotriz Chrysler, donde llegó a ser gerente de Tesorería.

“La empresa recién se había establecido como automotriz en Argentina, con grandes inversiones y con una planta de producción en Córdoba. Tiempo después se produjo la fusión de Chrysler con Mercedes Benz, mientras Chrysler fue parte de Mercedes, Gabriela llegó a ser gerente general de Plan de Ahorro y luego de Recursos Humanos. Luego la automotriz alemana se desprendió de Chrysler y Gabriela fue parte del proyecto del start-up de la nueva Chrysler escindida de Mercedes, en el cargo de CFO. En este sector es interesante el dinamismo, hay muchas adquisiciones, fusiones y alianzas y eso siempre da oportunidades”, anticipa Gabriela.

“La época de la nueva Chrysler fue muy rica en experiencias y aprendizajes, pero al tiempo vino la crisis del sector en Estados Unidos y el conocido rescate de las automotrices americanas por parte del Gobierno de Estados Unidos y es en ese contexto donde aparece la italiana FIAT, en el mundo Chrysler. Fue una vorágine súper interesante, llena de experiencias muy ricas en lo profesional y de mucho dinamismo”, indica.

Dentro de ese proceso de integración con FIAT tuvo la oportunidad de trabajar en Brasil, pero nunca terminó de encariñarse con San Pablo y decidió renunciar y regresar a la Argentina. En 2016, con el cambio de gobierno y la llegada de Mauricio Macri, le ofrecieron trabajar como CFO de la empresa estatal Trenes Argentinos Cargas.

“Estaban buscando posiciones para cubrir en algunas compañías del Estado que podían enriquecerse con experiencias del sector privado. Estuve en la época en la que estaba Guillermo Dietrich como ministro de Transporte. Fue una muy linda la experiencia, íbamos con toda la experiencia de la gestión privada tratando de combinarla con la que ya había en el sector público y lograr generar cambios y crear valor.”, señala.

Al año, sin embargo, le llegó una propuesta difícil de rechazar de la empresa japonesa Nissan y volvió a la industria automotriz. “Era una propuesta muy atractiva. Nissan venía al país a instalarse como filial con una planta propia para producir la pick-up Frontier en el predio que comparte con Renault en Córdoba y en el marco de la alianza mundial de ambas compañías. Esta vez el desafío que se me presentó fue el lanzamiento de Nissan Plan de Ahorro; el canal de planes de ahorro es muy importante para la industria automotriz en Argentina, ya que representa aproximadamente un 25%, yo ya tenía experiencia en el rubro de cuando estuve al frente de esa división en Mercedes”, explica.

En paralelo a su función de directora general de Nissan Plan de Ahorro también se hizo cargo por un año de la Dirección de Recursos Humanos, una disciplina que la atrae mucho. “Me gusta ayudar al desarrollo de las personas y entender la cultura de las nuevas generaciones y aprender de ellas. Desde noviembre pasado, sin embargo, es la CFO de Nissan en la Argentina.

Distintas culturas

En su carrera, trabajó con automotrices de muchas culturas distintas: alemana, japonesa, italiana, francesa y estadounidense. “El japonés, por ejemplo, es muy detallista y suele involucrarse de cerca en las decisiones, generar confianza es clave y lleva su tiempo. El americano, en cambio, es muy distinto, delega mucho y es práctico: va al punto y decide rápido. El italiano es más improvisado, va reaccionando a medida que las cosas suceden ‘vamos viendo y lo vamos resolviendo’. El alemán es muy respetuoso de los plazos y los procesos, se toma su tiempo para las decisiones, necesita entender bien, analizar, repreguntar, pero decide y actúa, es coherente y consistente en las decisiones, tiene una mirada siempre de largo plazo”, describe.

Además, cuenta su experiencia en las distintas fusiones, escisiones y alianzas en las que le tocó participar, como cuando la alemana Mercedes Benz se fusionó con la americana Chrysler, o cuando la italiana Fiat adquirió a Chrysler, mismo actualmente en Nissan comenta sobre su experiencia con la alianza japonesa-francesa. “Es interesante ser parte de las interacciones de las distintas culturas, es muy rico y se aprende mucho, el tema del idioma siempre es un desafío. Actualmente, nos encontramos asiduamente japoneses, franceses y latinoamericanos hablando de manera virtual y en inglés, no siempre nos entendemos tan rápido y no porque no hablemos buen inglés, las diferencias culturales se hacen sentir, la empatía es clave y la escucha activa también”, indica.

“Hay una frase que me gusta mucho: ‘Get uncomfortable’; lo que te incomoda te hace evolucionar, te hace crecer”, agrega. Y eso es lo que me llevó a tomar cada desafío nuevo que se fue presentando a lo largo de mi carrera.

Con respecto al IAE, cursó el MBA en 2005, cuando tenía 35 años, en ese momento era Gerente General del Plan de Ahorro en Mercedes Benz. “Cuando terminé el MBA, cambié de posición y asumí como CFO de Chrysler, recientemente escindida de Mercedes Benz. Ni bien terminé el MBA en IAE me ofrecieron el cargo de CFO en Chrysler. El máster me dejó mucho, sobre por la interacción con todas las otras disciplinas. Éramos contadores, abogados, ingenieros, psicólogos y abordando casos de negocio desde todas las ópticas, eso enriquece un montón, y los profesores son de primer nivel”, cuenta.

Dentro de la maestría, participó del viaje de dos semanas que realizaron en Estados Unidos, donde había que preparar casos de negocios en inglés. “Me entusiasmé con el viaje y decidí hacerlo, la verdad fue muy interesante. Fuimos a Harvard, Wharton y Darden. Tengo un muy buen recuerdo del IAE, la experiencia fue muy positiva y suma mucho”, dice.

Hace poco, realizó también un ciclo pedagógico universitario en la Universidad de El Salvador, ya que le apasiona la enseñanza. “Es un posgrado donde ves pedagogía, filosofía y psicología, todo orientado a la Educación. Es otra mirada, me gustó mucho hacerlo y por supuesto me enriqueció en todo sentido. Ahora no estoy ejerciendo como profesora, pero me gustaría hacerlo algún día”, concluyó.