“Hay varias maneras de pelar una naranja”. Esa simple frase, quizás, sea una de las que resume lo que se planteó durante los dos días del debate “Programas de Estabilización Económica para la Argentina”, dictado por el IAE Business School, donde los distintos oradores detallaron las experiencias vividas en la región y brindaron propuestas sobre cómo los gobiernos venideros deberían afrontar la crisis en nuestro país.
Para el segundo día de exposiciones, la apertura de la conferencia estuvo a cargo del jefe de América Latina y Caribe del Banco Mundial y exdirector del Banco Central de Ecuador, Augusto De La Torre. En línea con los oradores de la primera jornada, el economista explicó el proceso de dolarización que tuvo su país 22 años atrás.
Según detalló, a lo largo de estos años los ecuatorianos aprendieron a convivir con una insaciable inestabilidad política, con intentos de golpes de estado, y paros muy violentos en las calles. “Aun así, las variables financieras y la economía en general se mantuvieron estables a lo largo de todo este tiempo”, expresó.
Para su coterráneo, y exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Arizaga, una de las dificultades que tuvieron en el momento de dolarizar, estaba centrada puntualmente en la credibilidad, tanto del sistema político, como del financiero y de las instituciones. Además, el exfuncionario remarcó que en aquel entonces el banco central estaba sometido al control del poder político.
Algunas preguntas que Arizaga se hizo durante su exposición sobre la dolarización en su país fueron: ¿ha sido bueno o malo? ¿Es sostenible? ¿Qué se requiere para mantener el plan durante el tiempo? ¿Qué nos ha enseñado?
Hay algo en lo que ambos coincidieron y es que el punto esencial para la implementación de este plan, y su equilibrio a largo plazo, fue el hecho de contar con el consenso de la gran mayoría de los ecuatorianos.
En ese sentido detallaron algunos puntos a tener en cuenta: en primer lugar, que inicialmente el plan fue progresivo, pero que los sectores más vulnerables encontraron un aumento en sus ingresos de manera casi inmediata. En segundo lugar, destacaron el hecho que vino acompañado de una situación externa favorable en los años venideros.
Por otro lado, ambos remarcaron que, aunque este proceso fue anunciado por un gobierno con poca credibilidad, esto frenó una corrida bancaria y retornó la confianza del sistema. En ese sentido destacan: “hay mucha confianza con la dolarización y no hay temor a que un gobierno populista lo quite o dé marcha atrás”.
Por su parte, el exministro de Economía y Finanzas y actual director de la oficina de Planeamiento y Presupuesto de Uruguay, Isaac Alfie, realizó un recorrido por la historia inflacionaria de Uruguay y remarcó algunos hitos que llevaron al país a la estabilidad económica en las últimas décadas.
Entre los puntos que el funcionario detalló se pueden destacar la creación de una nueva Carta Orgánica del Banco Central en 1995, la mejora del resultado fiscal a corto y largo plazo y la reforma de la Previsión Social. Además, se destacó que se respetaron los contratos en momentos de crisis y ante los sucesivos ajustes fiscales, como así también el uso de deuda “sostenible” en el tiempo para financiar los desequilibrios.
Una vez finalizadas las experiencias de los diferentes países y ya introduciendo en lo que podría describirse como una segunda etapa de oradores, Martín Uribe, quien es profesor de la Universidad de Columbia e investigador asociado de NBER, fue el primero en brindar su opinión sobre las distintas maneras de encarar un plan de estabilización, que él ve viables (y algunas que no) para la Argentina.
En ese sentido Uribe aclara que, en primer lugar, no recomienda ni la vía de la dolarización ni tampoco la del tipo de cambio fijo o convertibilidad. Por otro lado, sugiere darle independencia al Banco Central de la República Argentina (BCRA), la cual esté garantizada por el poder ejecutivo, más allá de una ley que la imponga. En línea con eso aclara: “El ministro de economía podría ser el primer conspirador de esa medida”.
En contraste con el orador anterior, para el magíster en Políticas Públicas por la Universidad de Columbia y presidente de Romano Group, Alfredo Romano, sí es viable dolarizar la economía del país. En ese sentido sostuvo su idea partiendo de algunos preconceptos sobre la dolarización, la inflación, el déficit y la independencia del banco central.
El autor del libro Dolarizar argumentó que “la Argentina no tiene políticas de estado y no las va a lograr si no hay una ciudadanía que las mantenga en pie”. Además, remarcó: “le sacamos 13 ceros a la moneda y seguimos teniendo una de las inflaciones más altas del mundo, con un estado que sigue creciendo y que licuó las deudas con emisión”.
Para él, “es fundamental una reforma monetaria para mostrar credibilidad y generar la estructura necesaria para que la política de turno no genere desequilibrios. Por otro lado, estas medidas deben venir acompañadas de una reforma laboral, fiscal, comercial y bancaria”
Tomando como punto de partida los planteos anteriores, la economista y directora de Standard & Poor’s Latam, Diana Mondino, puso énfasis en el concepto de que sentar las bases de una estabilización no es solo reducir la inflación, sino también impulsar el desarrollo. “Por esto mismo todo plan tiene que acompañar, o al menos no impedir, ese crecimiento”, dijo.
Según explicó, actualmente la Argentina posee una cantidad de elementos intervencionistas que dificultan cualquier situación: “no solamente tenemos una dominancia fiscal sobre los elementos monetarios, sino también que hay una predominancia ‘regulatoria’ donde hay prohibiciones, restricciones, controles, permisos, cepos, los cuales dificultan enormemente la actividad económica”, expresó.
En ese sentido, para ella, todas las ideas que se plantearon a lo largo de estos días no son viables sin un plan que se acople al crecimiento económico de un sector privado, al cual se le dé las libertades suficientes para poder actuar por cuenta propia.
Ya casi llegando al final, la economista, Marina Dal Poggetto remarcó nuevamente algunas apreciaciones que dió en la apertura de la conferencia del día 1 como moderadora: “Argentina fue el mal alumno en la lucha contra la inflación en los últimos treinta años. Además, en las últimas dos décadas los gobiernos se ocuparon de romper la moneda nuevamente y construir la inflación con expansión del desequilibrio fiscal y monetario” dijo.
El cierre del evento estuvo a cargo de Alejandro Werner, quien fue director del Departamento del hemisferio occidental del Fondo Monetario Internacional y que en su exposición expresó que “la Argentina necesita algo más que estabilización. Si no tiene un acuerdo político, va a ser muy difícil que triunfe“.
Para él, ese será el desafío de quien gobierne después del 2023, donde se deberá generar un cambio estructural para el país, principalmente bajando el gasto público, reduciendo el estado, ordenando la carga fiscal, sumado a una racionalización de los subsidios y los planes sociales.
En ese sentido, él cree que los primeros 18 meses serán cruciales: “hay que intentar el camino más tradicional, con un componente estructural mucho mayor”, concluyó.