Reflexiones sobre la crisis actual

Publicado Thursday 19 de March de 2020


Nuestro compromiso debe ser salir de esta situación de crisis más fuertes (no más ricos) y siendo mejores personas, más maduras

Alejandro Carrera

La situación que hoy está viviendo nuestro país y el resto del mundo es complicada por lo compleja, grave, excepcional, impensada y sistémica… nada que los argentinos no conozcamos en términos de adjetivos y situación, aunque no en lo referido a los motivos. Un verdadero cisne negro…aunque, por lo que se escucha, advertido por algunos (Bill Gates entre otros). En nuestro caso se suma la sombra del “default” de la deuda externa; en el que en la práctica ya estábamos y estamos, aunque aún no técnicamente.

La incertidumbre por cómo evolucionará esta situación a nivel local y global, tan dinámica y cambiante, y la ausencia de panorama hacen que cada uno de nosotros y las distintas organizaciones sociales (empresas, administración pública, familias, resto de instituciones de la sociedad) nos volvamos más cautos y conservadores, un poco más desconfiados y, como un péndulo, pasemos de la tranquilidad activa a la desazón y la parálisis por pánico. Habrá comportamientos heroicos y mezquinos, generosos y oportunistas, cooperativos y egoístas...como siempre en todos lados habrá héroes y villanos. Está en cada uno de nosotros que “el bien” se habrá paso.

¿Cómo leer lo que está pasando?

Podemos decir que estamos como en una guerra, “en toque de queda” social y económicamente hablando. La situación general se deteriora, por el momento, día a día. La gente (salvo los relacionados al sector de la salud y a los gobiernos) y las empresas (salvo las del sector salud y las proveedoras de servicios esenciales) están en modo “wait & see”. Todo lo “no esencial” se postergará. Industrias enteras están jaqueadas (transporte/aeronavegación, centros comerciales y sus proveedores, servicios personales/educación…y un largo etcétera). La cadena de pagos va estresarse y es en esto clave el rol de los gobiernos para evitar el colapso. “CASH IS KING”, como siempre, pero hoy más que nunca.

Como toda crisis, algún día pasará. Tengámoslo claro. Pero, ¿cuándo se comenzará a revertir la situación?, ¿qué y quién quedará en pie?, ¿cómo será el mundo después de esta pandemia? En cada lugar del mundo dependerá de las decisiones del gobierno de turno y de las conductas sociales e individuales. Seguramente el “turning point” se dará cuando ya esté disponible la vacuna. ¿éste será el día después?

Nuestro compromiso debe ser salir de esta situación de crisis más fuertes (no más ricos) y siendo mejores personas, más maduras. Esto es lo que nos garantizará un mejor futuro y una futura mejor calidad de vida.

¿Cómo deberíamos actuar hoy para poder conseguir esta condición de salida de la crisis?  

He aquí la cuestión o, como diría el inglés, “That is the question”. Que todos tomen conciencia de la gravedad de la situación es un primer paso clave, todos deben ponerse en modo cooperativo, dócil y obediente de la autoridad. Acompañar, contener y dar estabilidad emocional, según sea cada realidad colectiva e individual es el segundo paso; no debe cundir el pánico. Mantener la unidad es el concepto clave a resaltar y la realidad a lograr. Es un buen momento para dejar rencillas pasadas, pedirse perdón y retomar el camino juntos, unidos y acompañándose. La gratitud debe ser una de las virtudes a trabajar y vivir.

La estrategia que yo llamo “IGLÚ”, aunque no tenga nada que ver con los esquimales, puede sernos de ayuda. Significa “desensillar hasta que aclare” como haría un gaucho…pero en un “iglú” interconectado que deberemos improvisar, o no si ya teníamos prevista una situación de crisis sistémica. En esto los argentinos, que venimos un poco más curtidos, tenemos una pequeña, o no tan pequeña, ventaja. Con la diferencia en contra de tener un gobierno que nos asedia e impuestos que nos limitan, sin contar con la deuda “social”, además de la externa, que tenemos como sociedad.

Una vez dentro del “iglú”, debemos ponernos en “modo supervivencia activa y cooperativa”, manteniendo la puerta entornada del “iglú”.

En particular, en esta crisis sanitaria que también ya es económica, implica:

  1. Cuidar la salud personal y de todos los que colaboran en y con la empresa. Esto implica, en primer lugar, contar con un “Protocolo médico-sanitario”. Que debe actualizarse diariamente según vayan siendo los aprendizajes que sobre la pandemia en general y el virus en particular se vayan realizando.
  2. Generar un protocolo/plan que oriente y conduzca el accionar de la empresa u organización para garantizar la continuidad de las operaciones, sean estas las que sean, en un nivel que permita su supervivencia y la razonable satisfacción de las necesidades de los clientes y de los proveedores. En estas circunstancias con seguridad se encontrarán oportunidades de mejora en cuanto al desarrollo de nuevas competencias, en términos de habilidades y capacidades (como por ejemplo, algo ya obvio, la capacidad de operar remotamente tanto para dar servicio a clientes externos como internos). También habrá nuevas oportunidades de negocio, no lo duden. Los que cuenten con más recursos disponibles podrán aprovecharlas mejor. ¡También es muy posible que aparezcan nuevos competidores!

Se van a reconfigurar industrias enteras de la mano de nuevas modalidades de trabajo. Acá habrá oportunidades de construir contexto (nuevos marcos regulatorios). Debo pensar si yo no opero en alguna de ellas y que rol quiero/puedo jugar!!!

Muchas empresas están redescubriendo y redefiniendo su función social

  • Cuidar los activos esenciales/ estratégicos, aquellos que debemos preservar y proteger para el día después, es vital.

El más importante son las personas tanto las que constituyen la organización como las que están estrechamente relacionadas a ella.

Luego le sigue lo que tengamos escrito en nuestra misión, aquello que hace a nuestra identidad, a la que debemos respetar y no sacrificar en esta instancia de crisis. Muy por el contrario, debe ser el faro que ilumine nuestras decisiones e irradie confianza. Esta es un activo intangible, el más valioso y más propio. algo así como un VRIINA (valioso, raro, inimitable, insustituible y no apropiable por otro)

Seguramente habrá otros activos intangibles, vinculados a relaciones de confianza con terceros (incluidos los accionistas), y tangibles, que hay que identificar y tutelar. Hay que ponerse a identificarlos.

  • Más que nunca debe estar en operaciones el directorio. El gerente general va a estar sujeto a presiones por parte de la propia empresa y del contexto. Necesita un “sounding board” que lo acompañe dándole contención, escucha y una mirada externa hospitalaria.
  • Ya yendo a temas más operativos:
  • El comité ejecutivo (gerente general y su equipo), o parte de él, debe operar como un verdadero comité de crisis. A este comité se le pueden incorporar especialistas. La situación es tan dinámica que es necesario estar prácticamente “on line” tomando decisiones muy operativas importantes. Hay que contar con un “teléfono rojo” al que puedan llamar nuestros colaboradores y escucharlos, ¡quizás ellos vean cosas que nosotros no vemos o nos ayuden a corregir errores!
  • Cuidar la caja es crítico, como siempre, pero hoy más que nunca. No olvidemos, “cash is King”. ¿hasta cuándo tenemos aire? ¡HAY QUE SABERLO? La gestión de activos corrientes, más que la cuenta de resultados, es lo que hay que mirar. El “flujo de fondos” es la herramienta de gestión a utilizar.

La capacidad de dar financiamiento, con el debido cuidado, es hoy un arma competitiva mortal.

  • Recuperar la sensibilidad del mercado, que seguramente la perdimos, es muy importante. ¿Qué está pasando allí?, el que sea capaz de “ver” lo que sucede en su mercado en medio de esta crisis y entrever por donde irá la demanda tendrá una ventaja competitiva singular importante, aunque esta sea temporaria. Recalculando es el nombre de este juego. Nuestros clientes tendrán presupuestos super acotados, nosotros también tenemos que tenerlos con nuestros proveedores
  • Queda claro que los clientes y los proveedores deben ser “partners” nuestros y nosotros de ellos. A esto llamo yo dejar la puerta abierta del “iglú”. Con todos ellos deberemos tener conversaciones francas y abiertas. Nuestros clientes seguramente tendrán presupuestos super acotados. Nosotros también tenemos que tenerlos con nuestros proveedores. Van a cambiar los márgenes con que estamos acostumbrados a operar, sin duda. Quién es quién es el nombre del juego.
  • Algo que te parecerá raro en este contexto: “planifica o serás planificado”, algo que siempre repetía el recientemente fallecido Jack Welch. La falta de un escenario sobre el cual poder operar con una cierta planificación NO ES EXCUSA, al contrario, refuerza la necesidad de contar con un plan dinámico, capaz de incorporar flexiblemente las novedades emergentes del entorno. Reconstruye tu mapa de riesgos, y si no lo tenías, ¡hazlo!
  • La innovación y la creatividad están llamadas a jugar un rol trascendente, fomentarlas. También aparecerán nuevos liderazgos. Estar atentos, aparecerán talentos ocultos hasta hoy.
  • Reformular líneas de productos (usar el rifle sanitario para eliminar líneas sin volumen y/o no rentables) nos va a venir muy bien. Hacerlo mas pronto que tarde. Hay que salir de la crisis con un mix de ventas más atractivo para la empresa que el actual. Pero cuidado, también puede ser necesario que por un tiempo haya que vender “caramelitos de un peso”.
  • La organización debe ganar en flexibilidad, con mas colaboradores “todo terreno” y con una estructura de costos más variable. Se debe repensar, sin duda.

Finalmente. ¿Lo estaré haciendo bien?

Esa duda te carcome. Despreocúpate, todos estamos aprendiendo y en igual situación. Mas bien ocúpate de llevar adelante lo planeado.

Todos estamos aprendiendo a nivel global y masivo conceptos, palabras y cosas nuevas (pandemia, cuarentena, grupos de riesgo, importancia de las buenas prácticas de higiene, teletrabajo, como implementar “home office” masivamente). El mundo va a ser mejor después de esta crisis…y contamos contigo y tu empresa.

Los tomadores de decisiones deben cuidar su salud. Podemos considerarlos “población de riesgo” en esta instancia. Tienen un gran peso de responsabilidad sobre sus espaldas. Posiblemente tu seas uno de ellos. Debes cuidar tu capacidad de tolerancia a la incertidumbre y a las actitudes y conductas no cooperativas. Recuerda, la contención emocional es hoy el nuevo nombre de la solidaridad.