Para la Alumni Brenda Puig, la clave del éxito para ser una buena abogada de empresa es ser un enabler. “Entender que sos parte del negocio y saber que estás ahí para ayudar a que el negocio suceda es lo que te permite contribuir y crecer en una organización”, explica. Abogada de profesión y con experiencia en estudios, empresas e instituciones, Brenda construyó su carrera en el ejercicio del derecho laboral.
Además de trabajar actualmente en Mercado Libre, reconocida por Great Place to Work® Argentina como la mejor empresa para trabajar del país, es líder de la Red de Abogados de Empresa del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
El sueño del “gran estudio”
De chica supo que quería estudiar una carrera vinculada a Humanidades y al terminar la secundaria se orientó por Ciencias Políticas. Pero fue su padre, con su criterio pragmático, quien la impulsó a decidirse por la abogacía al ver en esta elección una mejor salida laboral.
Mientras cursaba el segundo año de la carrera en la UCA, trabajó en un Tribunal Laboral Federal como meritoria. Tras recibirse, ingresó en el área de Labor & Employement del estudio M&M Bomchil, donde trabajó durante casi siete años. “Trabajar en un estudio tan reconocido de Buenos Aires era como tocar el cielo con las manos. Estuve expuesta a una cantidad de temas y clientes increíble, me fascinaba lo que hacía, todo era de una intensidad importante”, recuerda Brenda de esa etapa inicial de su carrera.
En esos años, su vida privada también evolucionó: se casó, formó una familia y tuvo tres hijos. Como estrategia para poder equilibrar el ritmo intenso de trabajo con la maternidad, impulsó uno de los primeros casos de jornadas part-time en Bomchil. El acuerdo funcionó en el corto plazo, pero llegó a un punto difícil de sostener y la alternativa de poder tener una vida más ordenada dentro de una empresa se presentó como la opción más acertada. “Creo que ir encontrando el balance entre la vida familiar y personal con la vida laboral es un arte diario y el mayor desafío en mi carrera, desde un punto de vista integral”, reflexiona.
La experiencia corporativa
Así fue como en agosto de 2005 ingresó como abogada senior en Walmart, donde trabajó durante más de 15 años y llegó a liderar a un equipo de alrededor de 20 personas. “El cambio fue abrupto, lo hice como un tradeoff con mi vida familiar y lo viví como un sacrificio profesional. Pensaba que estaba poniendo en hold mi carrera y tenía un prejuicio: en el trabajo in-house se trataban menos temas sofisticados”.
Sin embargo, tuvo un momento de revelación en el que comenzó a familiarizarse con el negocio del retail y pegó su gran salto. De abogada senior pasó por diferentes puestos hasta que llegó a ser directora de asuntos legales y relaciones institucionales de la empresa. “Walmart es una empresa fantástica en la que crecí y aprendí muchísimo. Fueron 15 años de muchos desafíos y experiencias distintas. Me tocó ser parte de un crecimiento enorme de la compañía, de trabajar en proyectos para otros países, e incluso hacer home office desde Estados Unidos”, reflexiona la abogada.
En 2020, Walmart vendió su negocio en la Argentina y Brenda tuvo un rol central en todo el proceso que llevó un año de trabajo. Una vez cerrada la venta, a los 45 años, tomó la decisión de irse de la compañía en búsqueda de nuevas oportunidades. “Quería encontrar algo que me divirtiera como negocio, donde pudiera aprender, tener desafíos, sentir adrenalina y, además, aportar desde mi experiencia”, explica. “Y Mercado Libre tiene esa conjunción: el negocio es divertido, desafiante y crece. Se mueve dentro de lo uncharted, donde no hay mapas y uno va creando al hacer. Tiene una visión muy clara de democratizar, de llevarle a mucha más gente acceso al comercio y al financiamiento. Y a esto se le suma una excelente cultura de trabajo. Es una empresa que aún hoy, con el gigante que es en Latinoamérica, funciona con el espíritu de una start-up¨, explica.
La teoría y la práctica del liderazgo
“Llega un momento en el que si ya tenés la base, ser un buen profesional, los desafíos llegan por el lado del liderazgo”, comenta Brenda al recordar qué la llevó a cursar el PAD en 2019.
Lo que consideró más rico del programa fueron las interacciones con pares de distintas industrias a través de los contenidos y el ejercicio de analizar un caso desde distintas perspectivas. “En mi caso yo era la única que ejercía de abogada entre más de 30 personas. Y en nuestro grupo estaban todas las industrias y áreas de negocios representadas. Se aprende muchísimo de los intercambios en un grupo tan rico, diverso y de gran profesionalismo”, señala. “Es más que una red de contactos porque la relación que se genera a través de las cosas que vivís propicia un nivel de cercanía distinto. Son relaciones que perduran y que valoro mucho. Para mí es un grupo de referencia súper importante, aún hoy nos apoyamos y nos consultamos por temas personales y profesionales”, agrega.
En agosto de 2019, y en paralelo a la cursada del PAD, fue designada como líder de la Red de Abogados de Empresa de IDEA. Si bien ella participaba de la institución desde hacía años, la propuesta la tomó por sorpresa y la desafió en el ejercicio de un liderazgo diferente. “Tuve que liderar a pares, a números uno de legales o de estudios sin una relación jerárquica. Era un liderazgo puro por influencia. No te pagan, no hay nadie que sea tu subordinado, no hay horarios”, sintetizó.
En IDEA la vida le daría una revancha a su vocación política y comenzó a dirigir proyectos que no solo le aportaron una nueva mirada a las empresas socias, sino que, además, generaron debates públicos relevantes para la sociedad. “Siempre me divirtió la política, el poder desde mi lugar aportar al bien común y contribuir al país de alguna forma”, comentó.
Una ley poco realista
Uno de los últimos proyectos en los que trabajó, y del que fue vocera pública de IDEA fue en el debate en torno a la Ley de Teletrabajo que entró en vigencia el 1 de abril.
La iniciativa, que se lideró desde IDEA y contó con el apoyo de otras organizaciones, tuvo una gran exposición en los medios. “Lo más interesante de la experiencia fue que por primera vez y en forma tan consistente pudimos trabajar across con muchas organizaciones del mundo empresario, con un objetivo claro en común y sin egos de por medio. Generamos vínculos que perduran hasta hoy. Al unir esfuerzos se logran cosas distintas que, si va cada uno por su lado”, cuenta Brenda.
Lo que se planteó fue que la ley 27555 estaba pensada con la estructura de las leyes del siglo pasado: cumplimiento de horarios estrictos, lugar físico de trabajo, porcentajes, entre otros, y no se correspondía con la realidad laboral actual. “Hoy el teletrabajo o trabajo remoto tiene dinámicas tan propias que querer regularlo con el estatuto de la ley de jornadas del 1900 no es realista. Lo propio de esta nueva realidad laboral es la flexibilidad, para los dos lados. Es tan poco pragmática que tratar de aplicar la norma a la realidad que tenemos es dificilísimo”, explica.
A pesar de los esfuerzos realizados la ley terminó sancionándose tal como estaba. Igualmente, continúan trabajando con el Ministerio de Trabajo, buscando contribuir con la mirada del empresariado para tener la mejor reglamentación posible de esta ley. Además, se logró generar conciencia de lo que el teletrabajo significa para la sociedad y de la oportunidad que se perdió de encontrar una forma de generar más y mejor empleo. “Yo creo que el crimen de esta ley es todo lo que nos perdimos de generar con la ley correcta, buscar flexibilizar y mejorar el marco laboral para que haya más empleo, cosa que necesitamos como el agua en la Argentina”, concluye.