SUMMIT 2018. Una historia de superación

Publicado Friday 29 de June de 2018

Una historia de superación

Verónica Barbera, que trabajaba como empleada doméstica desde los 14 años, contó cómo la Fundación de los Colores la ayudó a tener una profesión y a mejorar su autoestima
Verónica Barbera es alta y refinada. Durante la charla inspiradora que dio en el Summit del IAE, bajo el lema “Liderando en un contexto revolucionario”, llevaba unos tacos rojos de gamuza y vestía riguroso negro con maquillaje natural. Sin embargo, hasta hace unos años Verónica no podía encontrar una sola cosa que le gustara de sí misma. Casi no se miraba al espejo. A los 14 años comenzó a trabajar como empleada doméstica y así siguió por largos años. Pero fue la Fundación de los Colores, que se dedica a enseñar el oficio del maquillaje en contextos vulnerables, la que verdaderamente le cambió la vida más de 20 años después de esa inserción en el mundo laboral. La fundación se acercó hasta el colegio de su hija para ofrecer sus cursos, y fue la hija de Verónica quien le pidió que se anotara. “Aunque no estaba conectada con mi parte femenina empecé el curso de maquillaje. Estaba muy nerviosa pero cuando llegó la capacitadora pensé: quiero ser así, y eso que ella todavía no había empezado a hablar”, contó. Cuando la profesora comenzó a explicarles a las chicas de qué iba el curso, Verónica sentía que no iba a poder lograr nada de lo que decía la mujer. “Cuando sacó los maquillajes las chicas se volvían locas y yo pensaba: ¿tanto por esas paletitas de colores?”. Además, dijo que cuando comenzó la práctica observó sus manos y sintió vergüenza: “Me dio vergüenza verlas tan desarregladas, grandes. Y me costaba hablar con las demás porque no estaba acostumbrada a hablar. La segunda clase estaba más nerviosa todavía. Ahí la profesora me preguntó qué me gustaba de mi rostro. Yo le dije que nada. Me maquilló y yo transpiraba, no veía la hora de que se pase ese momento. Cuando me vi al espejo fue lo peor porque me vi y sentí que a los 40 y pico de años no había logrado nada en mi vida, que mis proyectos nunca los concretaba por la realidad en la que vivía. Ahí decidí dejar el curso”, continuó. Para peor, Verónica contaba que le costaba relacionarse con sus compañeras, comunicarse. “No estaba acostumbrada a hablar”.

Verónica Barbera, Alexia Keglevich, CEO de Assist Card, y Nathalie Stevens, líder de la Fundación de los Colores

Al comunicarle a la profesora su decisión de dejar el curso, ella le dijo que se diera una mínima oportunidad. Su marido le dijo lo mismo y su hija le remarcó: “Mamá, cuando yo te digo que me cuestan algunas cosas vos me decís que las tengo que enfrentar, ¿y vos ahora me haces esto?”. Según Verónica, ese fue un antes y un después, y se aferró a esa oportunidad como si fuera la única. “Me egresé como maquilladora profesional y ese día no podía creer que había logrado algo cuando pensé que todo estaba perdido. Después me ofrecieron ser capacitadora y yo no quise porque no sabía hablar en público. Luego acepté”. Si bien al principio fue difícil, con el tiempo todo comenzó a fluir. “Con miedo afronté a las alumnas y cuando las miré a los ojos me enamoré. Me ví reflejada en ellas”. Su historia fue de las más aplaudidas del Summit.

Nathalie Stevens, líder de la Fundación de los Colores, que se dedica a enseñar el oficio del maquillaje en contextos vulnerables

Nathalie Stevens, líder de la fundación y que estaba en el escenario junto a Verónica, contó que actualmente ya hay 250 maquilladoras egresadas, y que la fundación está presente en 22 ciudades. “A los cursos también sumamos competencias comerciales para que las alumnas aprendan a cobrar y competencias sociales para aprender a relacionarse”, dijo. Además, contó que las mujeres que asisten a los cursos cuentan con herramientas de trabajo de primer nivel. “Lo más importante que me dejó la fundación fue poder decidir y que mi hija me vea de pie”, concluyó Verónica.