Para comprender el fenómeno de la grieta, los profesores Roberto Vassolo (IAE) y Santiago Sena (IEEM) dialogaron con la Socio Gerente Grupo Razzini, Verónica Razzini, CON EL FIN DE encontrar nuevos horizontes que sirvan para mirar al largo plazo.
El fenómeno de la grieta despierta una fuerte repercusión en el ámbito político, económico y social. Por eso, durante la edición 2021 del IAE Summit se planteó cuáles son los nuevos paradigmas y desafíos que se abrieron a partir de ese concepto.
En primer lugar, el profesor de IAE Business School Roberto Vassolo explicó que la grieta es un “mecanismo de abordaje de los problemas de un sistema social”, ya sea un país, una empresa, un club, por el que “se trastoca el problema y en vez que el sistema debata desde múltiples perspectivas para abordar el problema, se migra y una de esas perspectivas se convierte en el problema”.
“Somos una nación que tiene un especial problema para abordar el modo en que dialoga sus problemas sociales y una tendencia muy rápida a poner las perspectivas como parte del problema”, opinó Vassolo. Y puntualizó: “El empresario tiene mucho que ver en esto. La empresa es la institución central del crecimiento y gran parte de la solución va a tener que ver con liberar la energía empresarial. Sin embargo, cuando vamos al diseño de nación que tenemos uno de los sistemas impositivos más crueles. Es un diseño de espaldas a la producción”.
Los problemas de la grieta
El profesor de IAE Business School sostuvo que la grieta es “un modo perverso de no abordar los problemas”. “En la grieta todo está planteado en términos de un juego de dos, y hace que cuando empezas a conversar te pone un sello y se cortó la charla. No deja al sistema fijar algunas prioridades para buscar ese futuro”, observó.
Por su parte, Santiago Sena, profesor de IEEM, aclaró que el fenómeno de la grieta no sucede solo en la Argentina, si no que apareció en varios países de la región y el mundo. “Es un fenómeno social complejo que está atravesando muchísimas sociedades occidentales”, dijo. E hizo foco sobre un llamativo aspecto de la grieta: “Si hablas con empresarios, sindicalistas, políticas, es raro que alguien quiera más inflación, más desigualdad, más pobreza. Todos queremos lo mismo. Lo curioso de la grieta es por qué no hacemos nada al respecto”.
“Se usa la grieta como una excusa para abordar los problemas. Lograr consensos es un requisito necesario, pero no alcanza. Hay que abordar pérdidas. Cambiar implica que haya sectores en todos los ámbitos que van a tener que dejar de tener muchos beneficios”, profundizó.
Una solución a la grieta
Para Sena, que los distintos sectores de la sociedad asuman las pérdidas necesarias para alcanzar los consensos sobre cómo avanzar en un rumbo común es la manera de dejar atrás el fenómeno de la grieta, pero hizo una advertencia: “La superación de las perdidas tiene sentido en relación con las prioridades. Caemos en la forma extrema de comprensión de los fenómenos y cuando los políticos llegan al poder hacen cosas antagónicas. No hay un tema del que no hayamos pasado de un extremo al otro porque pareciera que si yo tengo razón vos estas equivocado y al revés. Nada se construye así. Menos todavía un país con un sistema social complejo”.
“Es importante ver las prioridades de nuestro país porque es la única manera de darle sentido a las pérdidas. El futuro del trabajo nos plantea un montón de posibilidades. Obviamente que va a implicar pérdidas porque hay sectores que van a perder dinamismo, pero es un lugar en donde hay mucho menos trade off”, propuso.
En primera persona
Por su parte, Verónica Razzini, Socio Gerente Grupo Razzini, relató cómo atravesó el impacto de la grieta desde su propia experiencia. “Me tocó vivir la grieta como si fuera un puñetazo en la cara. Comencé a pensar cuán funcionales fueron los empresarios a que lleguemos a este lugar. Qué difícil es tomar la valentía de hacernos cargos. De decir que algo está mal, que no corresponde. Hay que poner valores por delante porque no se termina, la grieta se acrecienta, como los problemas tan grandes que tenemos”, señaló
“El problema es cultural. Desde el movimiento empresarial me encuentro con la increíble cantidad de empresarios que se suman. Estuvimos anestesiados y ahora empecemos a hacer las cosas bien. Eso tiene un costo, hay que pagarlo, pero es la única manera de cambiar las cosas. Hacer las cosas bien es no ceder a las extorciones. No ser funcionales. Desde la política lo hemos esperado durante muchos años y no llega”, criticó Razzini.
Por eso, realizó un llamado al sector privado que, a su entender, “mirando para otro lado ha perpetuado a las mafias”, y propuso: “Mi compromiso es homologar conductas desde el empresariado para ser protagonistas del cambio y dejar de ser pasivos ante esto. Empezar a ser nuestros propios héroes”, indicó.