Una empresa B guiada por la pasión por la carpintería

Publicado Friday 22 de May de 2020

Rodrigo Matta, DPME 2019, fundó y dirige Talleres Sustentables

Rodrigo Matta tiene en su foto de perfil de Whatsapp sus borcegos que usa desde los 18 años. “Tiene dos connotaciones. La primera es que lo bueno dura mucho y la segunda, más importante, es que siempre hay que ponerse en los zapatos del otro”, cuenta el alumni DPME II 2019, que está a cargo de Talleres Sustentables, una empresa B que diseña y hace muebles con materiales naturales. Como muchos emprendedores, debió adaptarse a la nueva realidad que impuso la pandemia de coronavirus.

Su historia se remite a los 18 años, cuando terminó quinto año del colegio y heredó una fábrica de cubiertos descartables. “Durante cuatro años laburé levantando la empresa, que estaba fundida. Pero en ese tiempo, odié lo que hacía, que era fabricar miles de tenedores, cuchillos y cucharitas de plástico. No estaba bueno y la vendí. Ese fue mi primer aprendizaje: saber que quería trabajar con materiales naturales que cuiden al medio ambiente”, dice Rodrigo.

Rodrigo Matta

Recién casado, con una hija pequeña –que ahora tiene 18 años y dos hijas más– se animó igual a seguir su pasión: la carpintería. “Monté un mini taller en mi casa. No tenía un peso, pero iba a la ferretería seguido a ver un máquina que costaba $1200; yo llegaba solamente a los $600. El dueño me dije que me la lleve igual y que se la pagara en cuotas. A cambio, le di un reloj de madera de mi abuelo como garantía, que hoy mantengo conmigo”, recuerda.

“Luego tuve mi segundo aprendizaje: tuve que aprender solo el oficio de carpintero porque nadie me quería enseñar. Muy pocos eran generosos con el conocimiento”, señala.

Su práctica fue rápida y al poco tiempo comenzó a trabajar para una constructora grande. “Le fabricaba los muebles para supermercados, edificios, casas en barrios cerrados y muchas obras para empresas. Un día, a fines de 2009, estaba en Chascomús haciendo la división del baño para la nueva sucursal de un banco, y caí en la cuenta que estaba rodeado de melamina, plástico y aluminio. Me agarró mucha desesperación”, dice Rodrigo. 

Decidió renunciar y eso significó empezar su proyecto de nuevo: montar una carpintería y adquirir máquinas para trabajar. Su primera idea fue hacer una colección de seis muebles con madera reciclada vieja de colores y forrados de papel de diario. La presentó en la feria Puro Diseño, en mayo de 2010. 

“Le puse unos precios exorbitantes. Sin embargo, al tercer día se habían vendido todos los muebles. Ese fue mi tercer aprendizaje: había un mercado en lo hecho a mano que valía la pena explorar”. De ahí nació Talleres Sustentables, que hoy cuenta con 80 empleados, siete tiendas físicas –repartidos en Palermo, Norcenter, Martínez y Vicente López–, una tienda de e-commerce y 3000 metros cuadrados de fábrica.

Enseñar el oficio

Desde que inició con su proyecto, Rodrigo decidió contratar empleados recomendados por la Fundación Reciduca, que ayuda a terminar el secundario a chicos de zonas vulnerables y los prepara para conseguir empleos de calidad. “Hoy, todos los líderes que hay en la empresa son de la fundación, como el jefe de producción de compras, el de taller de entelados, el de control de calidad. Todos los chicos vienen de ahí”, cuenta.

“Hace dos años dimos un paso más con la fundación e incorporaron chicos de quinto y sexto año del secundario, para hacer durante cuatro meses una pasantía rentable de una vez por semana, de cuatro horas”, dice Rodrigo, y agrega: “Convertimos el taller en una escuela y les enseñamos el oficio”.

Con lo que fabrican los estudiantes, se creó una nueva marca con línea de productos de cerámica, encuadernación y costura bajo el nombre Mínima Huella. El objetivo de la empresa es obtener el mínimo impacto ambiental posible y más impacto social.

Mínima Huella ya recibió a 240 chicos de la fundación, y llegaron a tener 40 pasantes a la vez. “Necesitamos que la marca crezca mucho y venda mucho para poder ofrecer más pasantías. Este es un proyecto que genera recursos genuinos y no necesita de una donación”, enfatiza.

El próximo paso es exportar los muebles a Europa y abrir un local en Barcelona, donde ya tienen la tienda, pero la expansión del coronavirus postergó los planes de apertura.

No es lo único que la crisis del Covid-19 modificó. Al comienzo de la cuarentena, Rodrigo tuvo que cerrar su fábrica durante 20 días, y si bien ya volvió a estar operativa, todavía mantiene las siete tiendas cerradas. “Nuestra dinámica cambió y nos reinventamos un poco. Antes de esta crisis, ya teníamos tres plataformas de ventas con las tres marcas: Ukelele, Mínima huella y Talleres Sustentables. Ahora pusimos todos los vendedores a trabajar en el e-commerce y funcionó muy bien. Estamos a casi el 80% de la facturación de lo que eran las tiendas”, cuenta.

"Estuvo buenísimo como crecimiento. era algo que ya lo veníamos programando y lo teníamos bien armado, así que el coronavirus no nos agarró fuera de ritmo. Ahora, además, estamos incorporando a otros emprendedores que tal vez tienen un sitio de e-commerce más rudimentario, sin no tantos productos, y los estamos sumando a nuestra plataforma para generar más facturación y para dar una mano a emprendedores más chicos. Eso hizo que pusiéramos mucho foco en la logística, que si bien era un departamento importante para nosotros, ahora es casi fundamental", agrega.

El año pasado, Rodrigo hizo el DPME en el IAE. “A los 18 años terminé el colegio y me sumergí en el mundo emprendedor. No estudié una carrera, hice cursos, como el de Digital House para aprender más sobre e-commerce. Me costó decidir hacer el DPME porque no quería dejar un día a la semana la fábrica, pero lo hice. Fui uno de los tres egresados que dio el discurso de cierre después. Seguiré ligado al IAE, donde iré a contar la experiencia sobre cómo fundar una empresa B y para seguir capacitándome”, concluye.