Una empresa familiar comprometida con el ahorro energético
Federico Chevallier Boutell es gerente de Tonka, una compañía que desarrolló una válvula para el encendido de calefones “sin piloto” que permite eliminar los consumos pasivos
Federico Chevallier Boutell, de 51 años, hace 15 que trabaja en la empresa Tonka, donde desde hace diez fue nombrado gerente, aunque con las funciones de un COO. Es economista agropecuario de la Universidad de Belgrano y realizó un MBA full time en el IAE en 2000-2001.l Para ese entonces se encontraba trabajando en consutoría para la Conferencia Episcopal Argentina, sobre un tema de reforma económica de la Iglesia católica. “Estuve dos años ahí y cuando entré al MBA dejé, ya que hice el máster full time. Para mí, el MBA fue un enorme valor agregado de estudio y experiencia. De ganar conceptos que durante estos 15 años he usado a diario: criterios básicos sobre la mirada de los negocios, las personas y las empresas, incluso sobre la sociedad. La certificación como empresa B tiene también su origen en conceptos básicos de trabajar por el bien común que en el IAE conversábamos bastante”, explica Chevallier Boutell.
"Para mí, el MBA fue un enorme valor agregado de estudio y experiencia", cuenta Chevallier Boutell.
Tonka es una empresa familiar que pertenece a una familia amiga del alumni. La empresa tiene 49 años y actualmente transita por ella la segunda generación de la familia. Se encargan de diseñar y desarrollar productos especiales y a pedido del cliente, donde el gas y la energía fotovoltaica son los dos grandes ejes.
Desde 2014 Tonka es una empresa B certificada. Eso significa que apunta al desarrollo de una economía de triple impacto, es decir, que lo que realizan como empresa tenga un impacto social y ambiental además del económico. “Las empresas B sostienen que la actividad económica de la empresa no puede tener impactos negativos en lo social ni en lo ambiental y los que transitamos el camino B nos proponemos no solo no generar un daño sino mover el desarrollo y el cuidado social y ambiental. Desde lo económico somos empresas comerciales como cualquier otra, pero a la hora de tamizar las decisiones nos preguntamos qué impacto sobre la sociedad y el medio ambiente tiene esta decisión o este negocio que estamos haciendo. Entonces la respuesta debe ser que tenga un impacto positivo sobre la sociedad y el medio ambiente”, cuenta.
El alumni explica que, hoy, tienen dos grandes líneas de negocios: la tradicional, que está orientada al gas, donde desarrollan y fabrican componentes para artefactos de gas doméstico, y la energía fotovoltaica. En esto último representan a la firma Lorentz de Alemania, que es un fabricante de bombas de agua solar. “Hace tres años que los representamos y nos estamos metiendo en todo lo que es energía fotovoltaica para hogares y para las producciones agropecuarias. Eso es algo nuevo y que representa el 15 por ciento de nuestra facturación”, dice.
En su negocio tradicional, el del gas, sus clientes son marcas comerciales como Longvie, MG y Orbis. “Abastecemos de componentes a los artefactos de gas. Cada artefacto de gas de cada modelo de cliente tiene adecuaciones especiales para que los componentes puedan operar en ese artefacto particular”, explica. Una novedad en este aspecto fue el desarrollo de una válvula para el encendido de calefones sin piloto. Un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) reveló que la nueva válvula ahorra el 50% del consumo de gas.
“Eso lo desarrollamos por iniciativa propia, porque veíamos que, en el mundo, el piloto no se usaba más. En la industria ya había pasado lo mismo respecto de lo que es seguridad, es decir, los artefactos de gas hace 30 años no tenían dispositivo de seguridad y nosotros lo vimos y los desarrollamos para la Argentina. Ahora lo que vimos hace ocho años es que la llama piloto de los calefones no existe en ningún lugar del mundo, y son calefones o calderas sin llamas piloto, entonces nosotros desarrollamos la válvula en base a un desarrollo propio: la válvula apta para calefón sin piloto”, explica. Y añade: “Hoy, los calefones automáticos con llama piloto todavía son un nicho, pero abastecemos a muchas marcas, a todos los fabricantes”.
El alumni aprovecha para explicar que la pérdida de monóxido de carbono se da cuando el artefacto funciona mal, y que el invento que realizaron en Tonka es un gran remedio para ello. “Un artefacto que quema mal, como se dice vulgarmente, emite monóxido. Nosotros proponemos eliminar los consumos pasivos ya que lo que sucede por lo general es que la llama piloto está prendida aún cuando el aparato está sin usarse. Por lo tanto, en un estado pasivo, el artefacto sigue consumiendo gas. Cuando dejas la estufa en piloto, el termotanque en piloto, etcétera, no lo estas usando, pero esta consumiendo gas, eso se llama consumo pasivo. Cada llama piloto, en cada artefacto, en nuestro país, consume medio metro cúbico de gas por día, ¡es el equivalente a todo el gas que importamos de Bolivia! O sea, todo ese gas que importamos lo usamos para mantener prendidas llamas piloto que no tienen ninguna utilidad salvo esperar a que vos quieras prender el artefacto”.
La tecnología que desarrollaron es electrónica, genera una chispa y prende el gas ante la demanda del usuario. No existe, en este caso, una llama piloto esperando prender el artefacto. Lo interesante de estos circuitos inteligentes es que si al emitir una chispa el artefacto no funciona se corta el paso de gas y de manera autónoma espera unos segundos para volver a hacer otro intento de encenderse. “Después de varios intentos se pone en una situación pasiva y no intenta más”, continúa. “También favorece a que no tengas una llama prendida en tu casa que, si está quemando mal o la extracción de gas no está bien hecha, es peligrosa. Esto es muchísimo más seguro que la llama piloto”.
Otro de los distintivos de Tonka es la inclusión en su staff de personas con capacidades diferentes. Hoy, Marcelo y Fabián trabajan en la línea de producción junto con otros compañeros. “Nosotros creemos que la empresa está para ayudar a la gente a ser feliz. No entendemos a la empresa como un organismo que compra, vende, produce y nada más. En pos de eso pensamos en qué más podíamos hacer y se nos ocurrió incluir a personas que tengan alguna discapacidad para trabajar con nosotros. Los resultados son fantásticos. Hace tres años que lo hacen”.
En el corto plazo la compañía está redoblando esfuerzos por eliminar todo tipo de consumos pasivos: “No solamente en calefón, sino también en estufas y termotanques. Si bien hasta ahora estos son prototipos de laboratorio estamos apuntando a eso”, concluye.