Además ser dueño Arenera Pueyrredón, Alberto Santoro fundó un estudio para realizar producciones cinematográficas y es socio dueño del hotel Sheraton en Colonia
Alberto Santoro, DPME 2014, cumple al pie de la letra la filosofía que le inculcó su abuela materna: “Lo que te toque hacer en la vida lo tenes que hacer con alegría, eso te ayuda a tener un poco más de éxito. Y al hacer las cosas lo mejor posible, después hasta te puede terminar gustando”.
Alberto tenía tres años cuando su familia compró la empresa arenera en la cuál él se pasaba todo el día jugando. Ahora, con 57 años, no solo conduce la compañía sino también diversificó los negocios a territorios totalmente diversos con la fundación de un estudio para la realización de producciones cinematográficas, televisivas y fotográficas.
Fue a los 12 años cuando comenzó a trabajar en Arenera Pueyrredón: “En el verano reemplazaba a los trabajadores que se iban de vacaciones. Teníamos nuestra casa en la empresa, vivíamos literalmente ahí”, cuenta el empresario de 57 años.
“La mayoría de la venta de arena tiene como fin la construcción de caminos y casas, y para la fabricación de vidrios, espejos y porcelana. Hoy trabajan también en la empresa mis dos primos, mi hermano, mi hijo y mi sobrino”, explica, y señala que tienen barcos que dragan entre 900 y 1800 metros cúbicos de arena, que sirve para llenar aproximadamente entre 70 y 100 camiones.
La creación de un espacio para realizar producciones surgió naturalmente, al ver que tenían un activo inmejorable: “Teníamos a cinco minutos del Obelisco un médano. Las revistas empezaron a contactarnos para hacer las producciones de fotos de sus modelos en el depósito. Fue una casualidad, los negocios se presentan –dice, todavía pareciéndole extraño–. Hicimos un esfuerzo intelectual superior para buscar el nombre, se llama Arena Estudios”.
De tomar contacto con los productores, hace 11 años decidieron crear la unidad de negocios y desarrollarla, y compraron una propiedad en La Boca donde tienen varias plantas y galpones para realizar las producciones. “Se filmaron películas, comerciales, eventos deportivos y videoclips; hay empresas que hacen eventos en estos espacios. Pasaron por el estudio para filmar Madonna, Ricky Martin, Luis Miguel, Manu Ginóbili, entre otros. Ya tenemos una clientela interesante, pero no tenemos fotos con ninguno. Somos muy prudentes, no le pedimos nada a nadie”, cuenta.
Espíritu emprendedor
Pero su espíritu emprendedor no termina ahí. Además de haber sido presidente de la Unión Industrial de Avellaneda, la diversificación lo llevó a ser socio dueño del hotel Sheraton en el barrio Real de San Carlos en Colonia, Uruguay.
“Cada negocio tiene una razón de ser y una historia detrás; todo viene del trabajo constante. Hace 20 años nos contrataron como proveedores para el dragado y el relleno de un campo de 110 hectáreas. Pero después vinieron las crisis económicas de 1999 a 2002, no cobrábamos y entonces nos empezaron a pagar con parte del negocio. Después hicimos un esfuerzo importante y hace 11 años terminamos de hacer el hotel junto con otros socios”, dice Alberto.
En su CV académico figura sus estudios secundarios de perito mercantil y múltiples cursos cortos de todo tipo. “Cuando comencé a trabajar formalmente en la empresa abría a las 5 de la mañana y cerraba a las 5 de la tarde. Los horarios no me permitían hacer una carrera universitaria. Ahora haga cursos, hasta hice varios con mi hijo y mi hija, con quienes también tengo una fábrica de cepillos de dientes”, dice.
“El IAE es una escuela impresionante. Los cursos de capacitación de corto tiempo te dan más flexibilidad para hacerlos y me permite continuar capacitándome. La dinámica empresarial es cada vez más veloz y estos cursos te mantienen actualizado y te permiten hacer relaciones. Todas esas cosas tienen que ver con la vigencia que quieras tener en lo que hagas, te abre una abanico de posibilidades interesantes si estas atento y detectas las oportunidades”, aconseja.
A los 57 años dice que todavía no tiene definido lo que exactamente le gusta. “Nací en el día del tango, 11 de diciembre, y soy tanguero. También soy socio fundador de la Remada X el Riachuelo, una actividad que se hace cada año para generar conciencia y reclamar por el saneamiento del curso de agua más contaminado del país. Voy caminando por la vida. Soy multiactivo. Las actividades que se presentan las tomo”, concluye.